Como dominar a tu pareja
¿Cómo dominar a tu pareja? Mira, en condiciones normales, pretender un cambio en tu media naranja debería ser un intento por mejorar la relación. No obstante, es importante revisar si lo que quieres en tu nuevo hogar es una réplica de tu papá o una copia del esposo de Sussy (suena raro, pero créeme, suele suceder).
Aquí lo tienes otra vez, como verás, cuando una persona está convencida de que otra puede lograr
algo, las acciones de la primera repercuten en el rendimiento de la segunda… psicoterapia pura y dura.
Mira, para dominar a tu pareja, lo más sencillo es optar por lo que se hace con los niños: sé alguien generoso y efusiva en los halagos por las cosas que hace tu pareja. ¡Celébralo!, “que linda quedó la cama. Me gusta la forma como la tendiste”. Eso generará el deseo de repetir la acción.
Por el contrario, la crítica a lo realizado (y créeme, en el caso de los hombres, somos ultra sensibles a eso porque sentimos que nuestra capacidad está siendo cuestionada) te llevará en sentido inverso, generando una actitud indiferente y provocando la desmotivación por parte de tu pareja.
Recuerda: Una cosa es que cambie, otra
distinta es que lo haga bien, y otra muy diferente es que lo haga como tú
quieres.
Pero antes de continuar es
necesario sustentar esa ruta para que logres cambios en tu pareja, así que vamos a
recordar un par de cosas.
Cómo amansar a tu pareja
Con este ingrediente
Un cambio divino
Según nos cuenta Publio Ovidio Nasón en
el libro décimo de Metamorfosis; Pigmalión, “… ofendido por los vicios que
numerosos a la mente femínea la naturaleza dio, célibe de esposa vivía y de una
consorte de su lecho por largo tiempo carecía”. Por esa razón Pigmalión
se dedica a hacer una estatua de marfil y esculpió a la que consideró su obra
maestra, su ideal, y terminó enamorándose de ella.
Su pasión por la escultura era tan
grande que la trataba como si fuera una mujer real. Le llevaba lirios,
vestidos, le colocaba pendientes de perlas, anillos de gemas en sus dedos,
collares en su cuello. La besaba y “… la
llamaba compañera de su lecho”.
En el festivo día de Venus, de toda
Chipre el más celebrado (de acuerdo con Ovidio), Pigmalión; luego de presentar
su ofrenda a la diosa, le ora de esta manera: “Si, dioses, dar todo podéis
que sea la esposa mía la de marfil”.
Cuando volvió, se echó a su diván y
besó a su novia como ya era costumbre, pero en esta oportunidad le pareció que
los labios de la estatua estaban tibios. Para cerciorarse la vuelve a
besar en la boca, esta vez “con sus manos también los pechos le toca”, y
se da cuenta de que Venus le había dado vida a Galatea que era el nombre
de la estatua.
“Esos besos la virgen sintió”, y
nueve meses después “ella a Pafos dio a luz, de la cual tiene la isla el
nombre”.
Sin entrar a considerar la patología
del personaje, queda claro que Pigmalión, literalmente, fabricó a su esposa; la
hizo, la moldeó.
En la realidad también es posible “moldear”,
trabajar para realizar algunos cambios en tu pareja. Realmente no es
difícil hacer de tu hogar lo mas parecido a lo que soñaste.
Un ingrediente importante: paciencia.
Cómo amansar a mi pareja
Los cambios (si son menester) hay que realizarlos dedicándoles tiempo y grandes dosis de paciencia. Sin decir jamás cosas como: “¡Yo voy a hacer que cambies eso!” O “después de un par de meses casados ya no verás a tu compadre Luis”. ¡Nada de eso!, porque lo que vas a lograr es que se levante una barrera que no podrás traspasar.
¡Atiende que esto es cierto!
El mito de Pigmalión generó una
interesante teoría que se conoce como el Efecto Pigmalión o Profecía de auto cumplimiento, y sostiene
que lo que piensa una persona acerca de otra, influiría en el desempeño o
rendimiento de esta última. Obviamente, la intervención de la confianza y
la paciencia son factores importantes para lograr resultados, para lograr dominar a tu pareja con las palabras. Se puede inferir entonces,
que, contando con esos recursos, cualquiera podría cumplir sus expectativas y
cambiar su realidad a partir del auto convencimiento de poder hacerlo.
El término “Efecto Pigmalión” fue
tomado de la obra “Pigmalión” del escritor Bernard Shaw, quien en 1925 fue
galardonado con el premio Nobel de Literatura y en 1938 ganó un Oscar de la
Academia por el guion de Pigmalión, una adaptación de una de sus obras de
teatro, la cual tiene el mismo nombre.
Sabemos que Bernard Shaw, hasta ahora
es el único ser humano que ha ganado un premio Nobel y un Oscar de la Academia (y Bob Dylan, en una muy controversial y criticada decisión de la Academia Sueca. Es como que si a Gabriel García Marquez le hubiesen dado un Grammy por 100 años de soledad), solía hacer comentarios cáusticos. De hecho, la mencionada obra es una sátira
al sistema de clases en el cual la brecha entre la alta sociedad y los pobres
va más allá del factor económico, convirtiéndose sencillamente en paradigmas
sociales de la época (¿?).
La adaptación cinematográfica del
escritor irlandés dio origen en 1964 a un re-make, My Fair Lady, la cual recibió ocho Premios
Óscar, entre ellos, a la mejor película, al mejor actor y al mejor director.
Como puedo dominar a mi pareja
Atención: viene spoiler… verás que las cosas no han cambiado mucho.
La acción se inicia en Londres. Al salir de la ópera, Henry Higgins, un arrogante profesor de fonética quien sostiene que el modo de hablar de una persona determinaría su futuro en la sociedad, le asegura al coronel Hugh Pickering, quien también conoce del tema, que es capaz de enseñar a cualquier mujer a hablar con propiedad y hacerla pasar por integrante de la alta sociedad en la más importante fiesta anual que se celebra en la alta esfera Londinense.
En ese momento señala a Eliza Doolittle
(personificada por Audrey Hepburn), una humilde y mal hablada vendedora
ambulante de flores, a quien le propone el
experimento. El coronel Pickering reta a Higgins a que, en seis meses, no
conseguiría hacer pasar a Eliza por una dama de la alta sociedad y ofrece pagar
los gastos de sus clases. Higgins acepta.
Al día siguiente, Eliza, cuya ambición
es trabajar en una floristería, va a la casa de Higgins para recibir clases
de dicción.
Eliza trabaja para mejorar su dicción,
pero progresa poco y pasado algunos días, cuando el tutor está a punto de
abandonar, la chica insiste y comienza a dominar el acento básico de la clase
social alta.
La lleva a sitios públicos para revisar
su desempeño. Comienza bien, pero todavía no puede dominar completamente su
“propio yo” y se le salen algunas inadecuadas cosillas.
Como habrás anticipado, finalmente
Higgins la lleva al famoso baile anual de la sociedad donde la humilde y mal
hablada vendedora ambulante de flores, pasa como una dama de la nobleza,
llegando, inclusive, a bailar con un príncipe.
Dado que a ese evento asistía la alta
sociedad londinense, se encontraba allí Zoltan Karpathy, también experto en
fonética, quien; tras una breve conversación con la misteriosa dama,
“certifica” que Eliza es de sangre azul.
Como ves, las expectativas de un
profesor transformaron el desempeño de una joven de clase social baja,
lo que es el fundamento del Efecto Pigmalión o Efecto Rosenthal, como también
se le conoce. Mas abajo te cuento con una prueba científica, que si es
posible realizar cambios en tu pareja.
Mira, concluyendo esta idea, Higgins se
convierte en una especie de Pigmalión porque termina enamorándose de su creación; aquella chica florista mal hablada, ahora
convertida en toda una dama.
No hay dudas de que Eliza es la Galatea
de la película.
Evidentemente esta fórmula se ha
repetido en cientos de películas y novelas; pero la buena noticia es que
también sucede en la realidad.
Ya captaste la idea de cómo lograr algunos cambios en tu pareja, ¿correcto?
¡Funciona!
Cómo dominar a tu pareja en el 2024 con palabras
Un experimento que cambió algunas cosas
Fíjate.
En 1968, el profesor de Harvard, Robert Rosenthal y Leonore Jacobson, directora de una escuela, publicaron “Pygmalion in the classroom: Teacher expectation and pupils’ intellectual development”. Un estudio de investigación sobre el efecto de las expectativas de los profesores en el rendimiento de sus alumnos.
Rosenthal y Jacobson acuñaron el término “Efecto Pigmalión” tomándolo de la obra de Bernard Shaw (por eso el cuento anterior) y, paradójicamente, el Efecto Pigmalión es también conocido como “Efecto Rosenthal” o “Teoría de la Profecía Autorrealizada o de Auto cumplimiento”.
Así sucedió: Rosenthal y Jacobson
informaron a los profesores de esa escuela que los niños de un determinado
grado habían sido sometidos a un test de inteligencia. Luego les suministraron
los nombres de un 20% de esos chicos, que fue un grupo seleccionado al azar, con la intención de realizar el
experimento. Recuerda eso: el nombre de los chicos fue seleccionados al azar,
sin verlos, sin conocerlos. Pero, los docentes no lo sabían; a los maestros y
maestras les dijeron que los alumnos seleccionados tenían cualidades
intelectuales superiores al resto del grupo (cosa que no era cierta).
Después de ocho meses, se demostró que
el grupo de niños seleccionados, de quienes se aseguró a los docentes que
tenían mayor potencial intelectual (recuerda que no era cierto ya que era un
grupo escogido al azar), había mejorado significativamente sus calificaciones,
en comparación con el resto del grupo.
Interesante, ¿verdad?
Allí lo tienes, otra vez, pero ahora,
como conclusión de un experimento.
Como ves los resultados que obtuvieron
fueron sorprendentes. Lo interesante, entre otras cosas, es que, al
considerarlos más inteligentes, los docentes trataron a los alumnos de forma
diferente (esto es clave).
Tenían expectativas positivas en ese
20% que constituía la muestra, y estos estudiantes, al ser tratados de un modo
distinto, también respondieron de manera diferente y confirmaron, como
en un bucle, las expectativas creadas en los docentes, es decir: obtuvieron lo
que esperaban de ellos.
Mira, algo parecido ocurre cuando un
empleado es objeto de expectativas por parte de su jefe (te parece conocido,
¿cierto?), hay muchas probabilidades de que el mencionado empleado logré un
alto desempeño en sus asignaciones consiguiendo un excelente rendimiento al
volverse más eficiente. Y eso ocurre porque su jefe, que confía en su creencia,
ayuda en el proceso, debido a que cuando una persona está convencida de que
otra puede lograr algo, las acciones del primero repercuten en el rendimiento
del segundo… psicoterapia pura y dura.
En el mundo del liderazgo el Efecto
Pigmalión es muy utilizado.
En el ámbito social ocurre algo muy
parecido y si no nos ponemos pilas, terminamos siendo o haciendo lo que la
sociedad espera que hagamos o seamos.
En el hogar,
los buenos padres lo
ejercen, en muchas oportunidades de manera intuitiva. Aunque
lamentablemente vemos también la otra cara: “no sirves para nada”, “no llegarás
a ninguna parte” … Seguramente también lo habrás visto o escuchado.
Como dominar a tu pareja
Una cosa importante es que nadie cambia
un mal hábito hasta que no es consciente del daño que se está haciendo. Por
eso, si por ejemplo tu pareja fuma e insiste en que “lo dejará cuando quiera”,
es sencillamente que no se ha hecho consciente del daño que se está produciendo.
Te lo ilustro con una historia: mi
amigo Sergio, es médico, hijo de un matrimonio de fumadores. Tiene cuatro
hermanos menores que él, todos fumadores. Su mamá, luego de bastante
sufrimiento, murió de enfisema pulmonar.
Algunos meses después de ello, Sergio y
yo coincidimos en una reunión. Me llamó la atención que no lo vi fumando
durante toda la velada. Por supuesto, se lo mencioné y me contestó que “había
dejado el cigarrillo porque él no iba a hacer que sus hijos pasaran por lo mismo
que él pasó con su madre”.
¿Lo ves? Se hizo consciente del daño
que hace el cigarrillo. Aunque él como médico lo sabía, y a pesar de que su
esposa, por años, le sugirió que abandonara ese hábito, dejó de fumar por amor
a sus hijos, para evitarles lo que él vivió con su madre.
Una persona cambia, no porque otro le
diga que “tiene” que hacerlo. Arriba te comenté en relación a las
barreras que, generalmente levantamos cuando alguien nos dice: “¡Yo voy a hacer
que cambies eso!”. Antes, esa persona debe entender que beneficio le traerá el
cambio, luego ya es su decisión hacerlo o no.
¿Te das cuenta? Un factor
importante para generar un cambio en tu pareja es
hacerle consciente de lo que le aportaría el mencionado cambio.
No porque tú quieras que lo haga, sino
porque le traerá beneficios o, al menos, no seguirá perjudicándose.
Otra cosa importante que también debes
tomar en cuenta es medir el avance por resultados y no por procesos. Por
ejemplo, supongamos que te gustaría que tu pareja se involucre más en la
cocina; digamos que quieres que te ayude a picar la cebolla en pedacitos.
Y eso hace; pero después comienzas a decir que para picar la cebolla en
pedacitos no se debe cortar en juliana sino en aros, o transversal… ¿Te
das cuenta? Ya la neurosis es otra. Si el cambio que querías era que te
ayudara en la cocina picando la cebolla en pedacitos, ¿qué importancia tiene
como lo haga? En este caso no es relevante el proceso, lo importante es obtener
la cebolla picada en pedacitos, es decir: el resultado.
No te rías, suele suceder, por eso
insisto en que el perfeccionismo no es malo, lo que es insoportable es el perfeccionista
o la perfeccionista, esa persona que todo lo critica.
Qué significa dominar a tu pareja
Revisa lo que realmente quieres
Otro punto a considerar es no pensar
que tu pareja hace las cosas con mala intención.
Te lo ilustro con una historia: atendía
a una pareja, recién casada. En algún momento ella dijo que él no
colaboraba con ella porque él dejaba acumular los platos en el fregadero diciendo que después los lavaría, y ella para evitar que se acumularan, los
limpiaba (aunque ese no era el motivo de la consulta).
Descubrí que él provenía de una zona
rural y en su casa había serios problemas con el suministro de agua, por lo que
en su familia se estilaba acumular varios utensilios de
cocina antes de lavarlos, eso era con la intención de ahorrar el agua.
Esa costumbre continuó en la residencia donde se mudó para estudiar en la
universidad. Era un hábito con fundamentos en su niñez, no mala
intención. Pero la chica, apenas había dos platos en el fregadero, los
lavaba sin dar tiempo a que se “acumularan”, cosa que él esperaba que ocurriera
para limpiarlos “ahorrando agua”. Aquí no consideramos si el proceso era
correcto o no, el punto es que era un hábito, no mala intención.
¿Ya adivinaste cual fue el
procedimiento a seguir para que su esposo cambiara eso?
En condiciones normales, pretender un cambio en tu media naranja debería ser un intento por mejorar la relación. No obstante, es importante revisar si lo que quieres en tu nuevo hogar es una réplica de tu papá o una copia del novio o esposo de Sussy (suena raro, pero créeme, suele suceder). Recuerda que te casas con un ser único, alguien que, como tú, tiene su propia impronta familiar. Además, si quieres lograr cambios en la pareja, no es nada saludable intentar convertir a una persona en alguien que no es.
Convierte tu hogar en lo que aspiras
En alguna oportunidad leí una cita que
decía, palabras más, palabras menos: “Muchas veces lo que pedimos al cielo, se
encuentra a nuestro alcance”
Comulgo totalmente con eso. En
ese sentido y para validar esa premisa, te cuento que hace unas semanas,
facilitando un Taller para parejas, formulé la siguiente pregunta: ¿A quién de
ustedes le gustaría ir al cielo? Increíblemente todos, sin excepción,
levantaron la mano.
Con la intención de ahondar un poco más
repregunté:
¿Por qué les gustaría ir al cielo?
Tomé nota de las respuestas, muchas de
ellas se repetían. Fueron las siguientes:
ü “Para reencontrarse
nuevamente con los seres queridos”.
ü “Porque se puede
vivir en paz”.
ü “Para tener tranquilidad”.
ü “Para disfrutar la
armonía”.
ü “Porque hay amor”.
ü “Allí hay la certeza
de que nadie te hará daño”.
ü “Para vivir
felices”.
En ese momento me di cuenta, y
así lo dije, que esas cosas que algunos esperan encontrar en el cielo, se encuentran
a nuestro alcance. Después de todo, en lo personal, estoy convencido que el
hogar debería ser un oasis, lo más parecido al paraíso; el santuario donde
querer regresar. Siendo así deberíamos desear volver a casa, donde hallaríamos
lo que estas personas manifestaron.
Al llegar a tu hogar deberías:
ü Reencontrarte con tus
seres queridos.
ü Estar en un sitio donde reine la paz.
ü Tener tranquilidad y
disfrutar esa armonía.
ü Regresar a un lugar
perfumado por el amor, donde nadie quiere hacerte daño.
En resumen: es el sitio para vivir
felices; es decir, un pedacito de cielo.
Ramón “logrando cambios” Edelyv