¿Medidas perfectas para una mujer?
Esas eran las medidas más codiciadas por las chicas (y los chicos) hace unos cuantos años.
Muy
codiciadas también para algunos hombres, era como una especie de medalla, de la
que podrías alardear, pero difícil de verificar. De hecho, pude constatar la importancia que
esos números tienen para algunos caballeros.
Hace
largo tiempo me tocó compartir un taxi, en un viaje de tres horas, con unos
caballeros que andaban alegres. El que
estaba más pasado de copas casualmente fue quien se sentó a mi lado, y de lo
único que hablaba y repetía fastidiosamente, era que su chica tenía 90-62-90;
en realidad, no recuerdo que dijera otra cosa, excepto, cuando nos detuvieron
para una inspección de rutina y el militar hizo mención al aroma a licor que
había en el vehículo. Mr. 90-62-90, sacó
un carnet que mostró al policía, y señalándonos dijo: “todos estos son amigos míos”,
acto seguido, nos indicaron continuar
Un día después del “interesante” monólogo, estando en casa de mi novia (aún no nos habíamos casado), le conté el episodio y le pregunté que si podíamos tomar sus medidas (reconozco que nunca le había dado mucha importancia a esos números). Contando el día de hoy, sigo convencido de que mi esposa es una de las mujeres más hermosas que he visto en mi vida, eso incluye cine (la coloco justo al lado de Julia Roberts), televisión, prensa y radio. Aunque me enamoré de ella por su condición humana, su trato y su inexplicable osadía de fijarse en un tipo como yo (solo a ella se le ocurre); el ejercicio de medición arrojó un inesperado y para mí desconocido 90-60-90. Afortunadamente, yo no tenía anotado el número telefónico del fastidioso beodo que me tocó de acompañante, tal vez se lo hubiese dicho.
Medidas perfectas de una mujer
Estas medidas han variado. Acá tiene algo que ver la espectacular Salma Hajek. También, tiene que ver el hecho de que quienes intentan marcar el canon de la moda y la belleza han cambiado esos rumbos. Hoy es común ver mujeres con, a veces, desproporcionados implantes y costosos bioaccesorios que muchas veces se convierten en inútiles cargas y me pregunto: ¿para qué quieres un derrier tan grande o voluptuosas “bubis” y unos apetitosos labios si luego no puedes utilizarlos?
“¡No me las
toques!... que se pueden romper”. Y qué
decir de las dietas hasta morir para lucir como modelos; porque, al menos, lo
que he observado es que se mantienen sin muchos cambios las fotografías publicitarias
en la mayoría de las revistas; lo que me parece una especie de discriminación,
¡es como que si las gorditas no se casaran!
De hecho, en el
otro lado del mundo hay culturas donde la gordura femenina se considera el
ideal de belleza que procuran aquellos
caballeros y en ese sentido las madres emplean métodos que podrían ser
catalogados de crueles en un intento porque sus hijas ganen peso y luego poder
“casarlas bien”.
En lo particular he sido
invitado a algunas bodas donde las bellas novias estaban entraditas en carnes y
en un par de esas ceremonias el esposo también usaba talla grande. Creo que es necesario comenzar a implementar
un cambio de estereotipos o al menos
flexibilizar un tanto ese uso social de características perfectas; pues
la realidad es más plural. En lo
personal estoy convencido de que más allá del peso, por las razones que fueren u
otras diferencias, como religión, nacionalidad, color de piel… por encima de
todo ello están las personas.
—“Ramón Edelyv, jamás se le vuelve a dar carnada a un
pez que ya está en la cesta”— en clara alusión a su esposa que ya había dejado
de ser (aquella) la chica 10.
—Bueno; pero es distinto, yo soy hombre.
Solo se me ocurrió suponer que si en
algún momento él había sido el motivo para que ella se mantuviera “buenota” (lo que, de acuerdo a su sabiduría, había sido
la carnada para pescarlo), evidentemente el pez (o sea, él) ya tampoco lucía tan
tentador como para gastar el cebo. Y así,
sin ningún edulcorante, sin ningún filtro, se lo dije. Es más, le recomendé que se animara a
realizar algún tipo de actividad física, y si lo hacían juntos; mucho
mejor. Hasta podrían convertir en un
sano hábito, algo que podría ser tan sencillo como caminar en el parque o
inscribirse en un Gym, momento propicio para hablar sin la interrupción del
móvil o del televisor.
El
estrés prematrimonial y todo lo que le antecede para llegar a la fecha, hace
quemar muchas calorías (también neuronas y dinero) por lo que, generalmente, luego
del casamiento se cae en una especie de relax, una feliz tranquilidad que hace
que las chicas 90 60 90, transcurridos unos añitos, guarden algunos kilitos.
Este relax, en modo
alguno, se puede confundir con el descuido personal que infortunadamente lleva
a unas cuantas a cambiar en muchos aspectos (total ya me casé): ahora suelen
llevar el cabello atado, muchas veces recogido hasta con un lápiz; se esfuman
los labiales y hacen su aparición esas horribles batas de casa que usan en todo
momento.
Del otro lado,
muchos caballeros dejan de afeitarse regularmente (total, ya me casé), aparece
un sillón que los abraza por largas horas, y de algún obscuro lugar del closet brotan
esos horripilantes shorts, en ocasiones con la goma vencida, que siempre vienen
acompañados con unas camisetas con huequitos producto de la labor de las polillas;
tú sabes de lo que hablo.
Es necesario subrayar que con hogar propio las
prioridades cambian y, en condiciones normales, entre ir a la peluquería o
llevar a tus hijos a una reunión, ¿adivina por cuál te decides? Así que además
de valorar tu esfuerzo, es bueno que te digan la verdad, que continúas viéndote
linda. Es justo aclarar que en esta época en que vivimos no nos sobran los
minutos y cada quien tiene sus propias ocupaciones, pero más allá de lo
estético está un tema de salud y bienestar.
Medidas perfectas de una mujer (y de un hombre).
Aunque a nivel matemático se maneja el factor
1,618 como las medidas perfectas de la mujer y en el cual varían los elementos
de la ecuación 90-60-90, estos guarismos; para nada, son las medidas de la
felicidad. Hay algunos atributos menos
medibles, pero muy deseables en cualquier pareja, como por ejemplo: la
tolerancia, el respeto, la capacidad de amar… medidas que se deberían tomar en
la dupla y que son realmente importantes, en virtud de que hacen robusta a una
pareja.
Una
necesaria robustez, en tanto fortaleza y firmeza como la de Rudy y Arturo –los
modelos de la foto de arriba- la cual, a pesar de los inconvenientes que tienen
todas las parejas del mundo, les permitió mantenerse felizmente juntos desde el
inicio de su matrimonio, hasta hoy que comparten la felicidad al lado de sus
hijos y nietos.
Siempre
lo digo: Si es posible, si se puede lograr (aquí hay un buen ejemplo: Amor
eterno, amor para siempre). Solo hacen
falta algunos ingredientes, que tú conoces y que te ayudaré a redescubrir en
este blog y en mis publicaciones (¿qué opinas de esto?).
Ramón "mi esposa sigue siendo bella" Edelyv
PD. En condiciones normales, cualquier persona aspira a mejorar sus relaciones de pareja, sucede todos los días. Tostadas con pollo y aguacate, ¿sabes que es eso?, una vacuna para la infidelidad, ve aquí. Y si quieres saber acerca de Tostadas con pollo y aguacate, es aquí.