¿Cómo mejorar la relación de pareja?
A veces
sucede, ya no hay novedad, baja la emoción, descienden los niveles de pasión y…
¡PUM!, caen en la monotonía. Por cierto, una condición que requiere trabajo y
disciplina para superarla.
Un detalle que puede cambiar tu relación.
Estas son las palabras que suelen
utilizarse para la distinción de géneros, particularmente para diferenciar los
baños:
·
Varones — Hembras.
·
Hombres — Mujeres.
·
Men — Women.
·
Damas — Caballeros.
Y fueron estas últimas, damas y caballeros,
las que me hicieron compartir esto contigo.
En esta oportunidad te voy a regalar parte del contenido de una clase.
Es de un curso para parejas que están pensando en casarse o vivir juntos (aunque
también le viene como anillo al dedo -nunca mejor dicho- a quienes creen que la
“magia” se extinguió).
Lo hago, porque creo; estoy seguro,
de que hace falta bastante de esto que planteo en este post, a muchas personas
para mejorar la relación de pareja.
Igual te sirve.
O no.
Me lanzo.
Detalles para la pareja
Es absolutamente cierto que la
novedad emociona, y estoy convencido de que, paradójicamente, la novedad es
renovable.
Sucede, por ejemplo, con esa planta
frutal que es tu favorita. Todos los años esperas la nueva cosecha para comer
sus frutos.
También se renuevan los rosales cada
vez que los podas, y seguramente te emocionas cuando ves florecer las nuevas
rosas.
Algo parecido sucede con el sol de
las mañanas, un acontecimiento sideral que estás viendo desde que naciste,
y aun cuando el sol sigue siendo el mismo, estarás de
acuerdo conmigo en que hay amaneceres que son espectaculares.
Y ese es el punto.
El punto es que, en muchísimas parejas, luego de algunos años, las cosas
cambian.
Ya no hay novedad. Baja la emoción, descienden los niveles de pasión y
¡PUM!, caen en la monotonía.
Por cierto, una condición que requiere trabajo y disciplina para
superarla, y esto puede ayudar.
¿CÓMO MEJORAR LA RELACIÓN DE PAREJA?
Detalles para mi pareja
Intenta hacer este ejercicio:
Trata de imaginar cuáles son las
razones por las que tu pareja te recordaría cuando tú ya no estés (suponiendo
que llegaras a la conclusión de que le sería difícil olvidarte).
Verás que seguramente sería por todas
esas pequeñas cosas que solías hacer. Esas pequeñas cosas que se salen del
“contrato social”, los extras, el valor añadido.
Por ejemplo:
·
“Todos los viernes me compraba flores”.
·
“Cada vez que nos molestábamos me hacía un chiste para que riera”.
·
“Ella me llevaba el café al cuarto todas las mañanas”.
·
“Siempre me abría la puerta del automóvil”.
·
“Solía sacarme la silla para que me sentara”.
·
“Los domingos me llevaba el desayuno a la cama”.
·
“Se sentaba a escucharme mis cuentos”.
·
“Mi ropa siempre estaba inmaculada” …
Y todas esas pequeñas cosas que aportan ese valor único, especial.
Se les denomina detalles.
Un factor que definitivamente coadyuva
en el crecimiento y mantenimiento del amor entre las parejas.
Mira, otro elemento que debemos
colocar en perspectiva es que, infortunadamente, la caballerosidad es un
comportamiento que cada vez está más en desuso y
lamentablemente como consecuencia, y pasado el tiempo, en muchas relaciones se
van perdiendo los detalles, convirtiéndose en verdadera génesis de los “ya
no” que se mencionan en las reuniones de féminas, y una queja reiterada en
mi consulta:
·
“Ya no” vamos al cine.
·
“Ya no” me saca a cenar.
·
“Ya no” me lleva a bailar.
·
“Ya no” vamos a la playa.
·
“Ya no” me besa en las mañanas.
·
“Ya no” va a las reuniones familiares.
·
“Ya no” hablamos.
·
“Ya no” me dice nada cuando me arreglo el cabello…
Por cierto, acabo de recordar que
cuando yo era púber, un señor me dijo en el bus “ahora yo no le cedo mi asiento
a las mujeres, ni las gracias te dan”.
Bueno, continúo.
Por eso comencé este post con las
palabras Damas y Caballeros, no haciendo referencia a esa desgastada fórmula que
se utiliza para dar inicio a un evento o anunciar una personalidad, sino con la
firme intención de recordar que ellas siempre serán damas y nosotros nunca deberíamos dejar de ser
caballeros.
De hecho, una buena, sencilla e
inmediata forma de ejercer la caballerosidad; obviamente, es tener (o retomar si es el
caso) los detalles en pareja.
No es necesario llevarles el ramo de
rosas, con una flor es suficiente (aunque el ramo impacta más). Es el detalle, y de eso te hablo
escribo.
Pero no me creas a mí, pregunta a una
dama, si lo que digo es verdad.
Ese desgano o indiferencia que muchas
veces dejas acumular junto con los años y te hace ver insulsas y
espantosamente cursis o tediosas aquellas “pequeñas cosas”, aquellos detalles para pareja que hacen notables distinciones,
y a las que no dejo de hacer referencia cuando hablo acerca de cómo mejorar la
relación con la media naranja y alejarse de esto.
Es una enorme realidad la diferencia
que suele haber en el comportamiento de muchísimas parejas cuando son novios
versus cuando son esposos.
DETALLES PARA PAREJAS
Intentaré ilustrártelo como lo hago en mi monólogo:
Cuando son novios y salen de una fiesta, ella continúa tan bella como
cuando llegó.
Por su parte, él sale inmaculado: los
cabellos, todos en su lugar. La corbata en su sitio. La chaqueta o el
saco puesto, se la quita si, y solo sí, su dama tiene frío. En ese caso
procederá a colocarla, con mucho cuidado, sobre los delicados hombros de su
pareja. Abrirá la puerta del copiloto diciéndole: “adelante reina” para que
ella suba al automóvil, arreglará el largo vestido a los pies de su novia, le
colocará el cinturón de seguridad y cerrará la puerta con suavidad.
Luego correrá y se sentará en su puesto. Cierra su puerta y las asegura
todas.
Enciende el auto. Suponiendo que ella
tiene frío, ajusta el sistema de aire acondicionado a una temperatura adecuada.
Sonreirá al preguntarle qué tipo de
música quiere escuchar. Elegirá en el estéreo la melodía que le solicite,
moverá la palanca para poner la velocidad, y de inmediato, ignorando totalmente
la ley física que dice que –al menos en este universo– es imposible que dos
cuerpos puedan ocupar el mismo espacio; la abrazará trayéndola hacia
sí, mientras se desplaza suavemente por la calzada.
Mira.
Pasado el tiempo, ya casados y en
similares circunstancias, será algo parecido a esto:
Salen de una fiesta, ella continúa tan bella como cuando llegó.
Él, notablemente despeinado, lleva la corbata atada a la cabeza.
En una mano sostiene un vaso con su
trago y en la otra lleva la chaqueta, dándole vueltas sobre su cabeza mientras
grita con júbilo haciendo referencia acerca de lo bueno que estuvo la fiesta.
Intenta tomar un sorbo y lo derrama sobre la camisa.
Se limpia con la manga mientras va
hacia el automóvil buscando las llaves, que no consigue.
Mientras suena la alarma; coloca el vaso sobre el techo del auto.
Con dificultad abre la puerta,
enciende el automóvil y arranca en zigzag volteando el vaso, mientras su esposa
intenta alcanzarlo dándole golpes al maletero para que se dé cuenta de que ella
aún no se ha subido.
Hay un círculo vicioso que se crea
cuando se olvidan los detalles en la pareja. Un círculo que irremediablemente
causa la disminución de la emoción (aquella que mencioné vinculada
a la novedad).
Y esto obviamente desmotiva y
desacelera la pasión, lo que terminará por anular en el otro integrante de la
pareja, cualquier intención de agregar esos aderezos que en alguna oportunidad
fueron detalles de pareja, pequeños detalles de amor.
Y lo creas o no, eso era lo que
evitaba caer en la horrible monotonía que algunas parejas heredan de sí mismos.
Así que aquellos detalles para novios, mantenlos ahora con tu esposo, con tu esposa. Es de suprema importancia, para no
decir obligatorio (fea palabra), trabajar de manera bilateral; bidireccional; o
unisex, es decir: varones y hembras, hombres y mujeres, men and women o
caballeros y damas, como mejor lo consideres; pero ambos deben dar los pasos
necesarios para fomentar los detalles en la pareja, algo que no es desconocido
para ti, aunque probablemente cayó en desuso.
La buena noticia es que hoy es un
buen día para retomar esa sana costumbre.
¡Que el éxito te acompañe!
Ramón “soy un caballero detallista, lo aprendí con papá”
Edelyv
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