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Mostrando entradas de 2014

Pétalos barridos

Ayer, en la mañana, estuve invitado a una reunión. Llegué al lugar muy temprano, razón por la cual pude observar que la señora que limpia, estaba sacando lo que había sido un ramo de flores. Mientras hacía mis conjeturas acerca del posible motivo por el que pudieron haberlo enviado, vi que la señora barría un montón de pétalos, todavía rojos, que naturalmente se habían desprendido de lo que había sido una rosa; y pensé en la rosa: Una rosa que tuvo un precioso color. Una rosa que tuvo un delicioso aroma. Una rosa que tuvo un espectacular néctar que abejas probaron. Una esplendorosa rosa que ahora era un montón de petaos inertes en el piso; una rosa muerta. Mis ojos, nuevamente, se inundaron de ayeres; pues, no pude dejar de relacionar aquella rosa muerta con lo que una fue vez un gran amor. Miraba los pétalos como eran barridos, igual que lo fueron mis sueños contigo, mis esperanzas contigo, mis ilusiones contigo, mi futuro contigo. Respiré profundo, evitando la

Corazón silente

 Aunque mi género es la narrativa; nunca había escrito, al menos intencionalmente, un cuento breve, este lo escribí en una servilleta hoy 10-08 después de desayunar y quiero compartir la aventura con ustedes.  Esa noche nos vimos por casualidad en aquel café. Sólo una vez se encontraron nuestras miradas. Increíblemente nos levantamos de nuestras respectivas mesas casi al unísono, como impulsados por una divinidad cronológica, o como si estuviéramos pensándonos en ese momento. Me pediste que te acompañara a tu carro. Me negué a recordar como rompiste mi corazón y mis esperanzas en un amor extraordinario. Moría por caminar unos metros a tu lado, y bajo el amparo de las estrellas respirarte nuevamente por breves instantes; pero preferí quedarme solo allí, no porque ya no fuera un caballero, no porque esperaba a alguien, como te mentí; era que si permanecía a tu lado un poco más, habrías escuchado a mi corazón diciendo: “todavía te amo”.